miércoles, 24 de junio de 2020

Mag. Lilian Berardi. Sobre Jesualdo Sosa.


JESUALDO SOSA


El último tramo del siglo XIX fue un entorno positivista por excelencia. La educación, en nuestro país, estuvo enmarcada en esa realidad. Si bien comenzaban a percibirse cambios, estos eran incipientes; quedaba atrás la propuesta pedagógica tradicional y se apreciaban los aportes científicos que colocaban al niño en otro lugar de consideración. Un avance lento, una lenta combinación teoría-práctica y una más lenta apreciación sobre el hecho de que en los entornos educativos confluían múltiples situaciones sociales, en un amplio sentido, que en oportunidades no eran consideradas.
La escuela nueva tendrá su desarrollo en las primeras décadas del siglo XX y es en ese escenario que surge en nuestro país una figura y con ella una propuesta pedagógica que nos interesa rescatar. Se trata del aporte de un maestro rural que logra plasmar sus ideas e inquietudes en el marco de una bibliografía de referencia que tempranamente asimilaba: en Europa y EEUU, estaban sus entonces nuevos referentes teóricos. Jesualdo Sosa, con una mirada pedagógica-social, que nutre con su propia práctica desde el medio en el que decide desarrollar su tarea docente, se propone: “(…) trasladar el teoricismo al campo de la especulación natural y posible, tomando la naturaleza como un todo y en sus múltiples procesos, partiendo de los elementos en su relación directa con el hombre”. (Sosa, 2010: 436).
Incorporar en este artículo la propuesta pedagógica de Jesualdo tuvo como intención mostrar que era posible romper con la fuerte presencia teórica que se imponía en las aulas de formación. La experiencia de este maestro, reveló que era viable, sin perder perspectiva teórica, adecuar nuevas concepciones a un terreno real, y en su caso a un particular espacio, una escuela rural, en un territorio latinoamericano que se desarrollaba en el marco de una industria capitalista muy específica como lo era la extracción de minerales. 
Horizontalidad, con adecuación a los intereses particulares del medio, intereses del colectivo escolar, fueron el centro de su propuesta pedagógica. Esto, unido a una concepción de autonomía real, práctica, permitió mostrar que era posible concretar nuevas concepciones  que unían teoría y práctica.
Con la labor de Jesualdo, muy poco reconocida y trabajada en aulas de la formación docente, se materializa en nuestro país una propuesta participativa, una pedagogía activa que sobre la base del respeto por la expresión creadora y su valor, concentraron la atención de algunos de los emergentes movimientos de educadores latinoamericanos. Era una experiencia posible, integradora de conocimientos y acciones: integradora, en la necesidad de atender intereses generales de la educación y de aquellos de los ámbitos específicos (en este caso el medio rural, sus trabajadores, sus interese y necesidades particulares).
Jesualdo, en “Vida de un maestro” (1935)[1] manifiesta su preocupación acerca de cómo será considerado su trabajo pedagógico ya que no lo concibe dentro de
 “(…) esa pedagogía que mide, pesa, cuenta y analiza cada gramo de experiencia que realiza en su campo, desechando todo lo que no tenga una rotulación científica-práctica, o que no encaje dentro de alguna sistematización muy elaborada”. (Sosa, 2010:427).
El autor asume que no le fue sencillo “(…) despertar la sordera intencionada de las autoridades escolares; demostrar la falsedad de ese mal llamado “democratismo” que se vivía” (Ibid: 427). Acerca de esta idea, alude a Vaz Ferreira como respaldo de su postura crítica y de este rescata las palabras con las que el autor define ese democratismo. Para Vaz Fereira, citado por Jesualdo, el democratismo había fracasado porque su fundamento: “(…) era racionalmente falso en lo teórico y en lo práctico” (Ibid: 427), a lo cual Jesualdo agrega: “(…) y en la escuela alcanzaba caracteres alarmantes por la ilusión de verdad que trataba de crear” (Ibid: 428).
Jesualdo reniega de lo que llama: “(…) la labor de maestro de banquillo” (Ibid: 432) labor de la cual se queja, labor de la que dice era impartida en las aulas magisteriales y que estaba totalmente alejada de las aulas del hacer práctico.   
Despertar el interés y fomentar la autonomía real eran aspectos centrales en su propuesta de trabajo.
“(…) tratar de satisfacer los intereses actuales de los niños, estableciendo la generación de sus procesos, de una manera absolutamente natural. El niño necesita un conocer –no se le hacía necesitar de él… el interés por una parte; la autonomía del trabajo infantil por otra…y por medio de ellos tratar de organizar el sentido de libertad…la mayor posible para poder alcanzar el conocimiento esterilizado de impurezas e intenciones” (Ibid: 435/436).
Las ideas fuerza que trascendían como pilares históricos y que la pedagogía hacía propias: condición de libertad, disciplina, autoridad, reglas, población ilustrada, valores, formación del carácter, comunidad democrática entre otras, están objetivadas en las propuestas de trabajo de la escuela de Riachuelo. [2]
Jesualdo asegura que en su trabajo no admite: “(…) ni un gramo más de cultura sin relación, ni medida, ni análisis. En el orden vital (…) están todas las geometrías, las físicas, las ciencias, las artes, las letras (…), se trataba así de vivir la escuela” (Ibid: 436). Es recurrente en denunciar cómo desde el campo pedagógico-didáctico se desconocen inquietudes, talentos y capacidades: “(…) las a floraciones expresivas, las predisposiciones o aptitudes para determinadas realizaciones o actividades, el bagaje específico de valores que el niño trae consigo, etc., eran, siguen siendo, problemas fuera del interés de la enseñanza”. (Sosa, 2010: 437).
Para finalizar, otro aspecto de interés a rescatar de la práctica pedagógica de Jesualdo es su concepción de lo moral. Subraya la necesidad de respetar al niño, atender a lo que trae incorporado. La escuela debe enaltecer su naturalidad, su espontaneidad, su confianza en sí mismo, “(…) coleccionando sus expresiones generales, recortes, dibujos, poemas, juguetes (…), esa situación de jerarquía moral (…) de cualidad humana, no como virtud egocéntrica (…). Toda su intimidad es materia de la escuela”. (Ibid: 444). Saca la cita. Parafrasealo
En síntesis, la escuela rural uruguaya, la escuela de Riachuelo/Colonia, supo tener una época trascendente, fue epicentro referencial para Latinoamérica. Se desentrañaba el conocer; el aprendizaje a partir de los problemas de la aldea fueron los centros de interés de dicha comunidad escolar. Así se
 “(…) fue creando una arquitectura escolar poderosa y viva, llena de resonancias. Y hubo un momento en que escuela, niños, maestros, aldea, conocimiento, etc., fue un solo bloque de principios, de intereses, de pensamientos conseguidos en años de compenetrado y total entendimiento entre la escuela y el niño como persona; y el medio, escenario y ambiente de su persona. Y su trascendencia humana (…) escapó a nuestro mismo contralor”. (Ibid:445).     
  


[1] Referenciado por: Sosa, J. (2010)
[2] Localidad del departamento de Colonia/Uruguay.

Mag. Lilian Berardi/ Mag. Selva García Montejo. El contexto sociocultural: su influencia en el desempeño de los estudiantes del Siglo XXI.


 
El contexto sociocultural[1]   y su incidencia en el desempeño de los estudiantes[2] de los Institutos Normales de Montevideo.

 
“Es necesario que los docentes sean capaces de preparar a los alumnos para una sociedad y una economía en la que se esperará que sean aprendices autodirigidos, capaces y motivados para mantener el aprendizaje durante toda la vida: “en su preparación, su formación profesional y su vida de trabajo, los docentes de hoy deben comprender y captar a la sociedad de conocimiento en la que sus alumnos vivirán y trabajarán” (Hargreaves, 2003, p. xvii)” (OCDE, 2009:108).

El porqué del artículo  

Desde hace más de una década, cada año, cada marzo, la cobertura de cargos de maestro, fundamentalmente para la realidad montevideana, es motivo de preocupación para las autoridades del CEIP. A la intranquilidad acerca de si las escuelas contarán con el número de docentes necesarios, se agrega la inquietud por conocer cómo ha sido la inscripción para los cursos de la carrera de maestro. Es sencillo comprender la ilación entre ambos temas: si la matriculación es alta, será esperable en cuatro años un significativo egreso docente, condición necesaria para la cobertura que requiere la universalización con la que el país se ha desafiado.
La carrera docente por la cual se titula el maestro aún sigue subordinada a condicionamientos socio-históricos estructuradores tanto de conductas como de expectativas acerca de la profesión.
Maestro no es solo una categoría abstracta, meramente académica. Se constituye de imágenes socio-históricas que en oportunidades determinan su labor. En este sentido podemos reconocer que se trata de una categoría laboral definida por su desempeño y que genera un puesto de trabajo reconocido. El reconocimiento de dicho trabajo le concede a la vez estatus de categoría social con especificidad profesional. 
Si bien el desempeño como maestro requiere del dominio de saberes especializados, no ha de desconocerse la incidencia que tienen en este desempeño, condiciones intelectuales y culturales, actitud del docente, así como procedencia socio-cultural, presencias que contribuyen en su formación profesional.
Es válido señalar que la formación del docente, según advertíamos, se da como como producto de circunstancias socio-históricas que del mismo modo que condicionan su vida y sus entornos, enmarcan sus expectativas en procesos colectivos. En este sentido, contextos políticos-culturales, socio-económicos (locales y universales), direccionan la sociedad, seleccionan valores y conocimientos que se priorizan en las ofertas educativas. En este marco, se va definiendo el estatus profesional de la carrera y es en ese espacio en el que a la vez tiene su aparición una consideración individual: la del sujeto que decide ser maestro. 
Si bien ha habido un reconocimiento de la significación social de la profesión -lograda por el propio colectivo, por su involucramiento con los entornos en los que desarrolla o desarrollará su actividad- así  como una valoración de la  labor docente, desde el Estado  -mediante ajustes salariales realizados-  está pendiente el atender aspectos vinculados con el desempeño académico de los estudiantes magisteriales,  aspecto que dilata el egreso  requerido por las aulas escolares.
Entendemos esencial romper explicativamente con un círculo vicioso de especulaciones y analizar datos que nos permitan producir y sostener afirmaciones sobre ese colectivo de estudiantes magisteriales que ha estado y está en la mira social al inicio de cada año. Estos estudiantes no están aislados, forman parte del Sistema Educativo, que a la vez es parte de un Sistema Social General. Viven, se desarrollan, eligen qué estudiar y se mueven en los intersticios de ese Sistema Social General que determina y jerarquiza acciones individuales y colectivas, en este caso, con respecto a una profesión.



Presentación general de la situación de la Formación en Educación en la actualidad [3]. Una “fotografía” de la misma.

El Consejo de Formación en Educación se compone por treinta y dos Institutos, distribuidos en todo el país. Se agrega el Instituto de Perfeccionamiento y Estudios Superiores (IPES), en Montevideo, donde se dictan Maestrías, Diplomaturas, así como cursos de Especialización y Educación Permanente. Estos tienen como destinatarios a docentes de Educación Primaria, Secundaria, UTU y Formación en Educación, así como docentes en ejercicio de los diferentes subsistemas de la ANEP.
En estos treinta y dos Institutos se forman  Maestros de Educación Común y de Primera Infancia, Profesores, Maestros y Profesores Técnicos, así como Educadores Sociales. Se encuentran distribuidos de la siguiente manera: veintidós Institutos de Formación Docente (IFD) del Interior del país, que ofrecen carreras de Magisterio  y Maestro de Primera Infancia (MPI), Profesorado  y Educación Social; los Institutos Normales de Montevideo (IINN), que forman Maestros y Maestros de Primera Infancia; el Instituto Normal de Enseñanza Técnica (INET), en Montevideo, que forma Maestros y Profesores Técnicos y también ofrece tecnicaturas específicas; el Instituto de Profesores Artigas (IPA), en Montevideo, que ofrece la carrera de Profesorado; los seis Centros Regionales de Profesores (CERP), que funcionan en departamentos del Interior del país y forman profesores para la Educación Media y Educadores Sociales; y el Instituto de Formación de Educadores Sociales (IFES), que ofrece la carrera de Educador Social. Tiene sede en Montevideo, pero la formación también se ofrece en departamentos del Interior del país.
La modalidad de formación es tanto presencial como semipresencial y semi-libre. Respecto a la modalidad de Profesorado Semipresencial, se lleva a cabo en diferentes Institutos de distintos departamentos del país y prepara a los estudiantes en distintas Especialidades. Se creó una Comisión de Implantación de Instituto Semipresencial, Instituto que prontamente estará en funcionamiento.
Cabe señalar, también, la experiencia de formación de Maestros de Educación Común de Bella Unión, experiencia de Semipresencialidad, que surge a solicitud de la Comunidad del lugar. Constituye la primera experiencia de semipresencialidad en la formación de Maestros.
La modalidad Semi-Libre continúa  vigente, y resulta una alternativa para aquellos alumnos del Interior del país que no tienen posibilidades de trasladarse a Montevideo a continuar sus estudios terciarios.
El Consejo de Formación en Educación (CFE) posee un sistemas de becas, creadas con el fin de apoyar a estudiantes en sus trayectorias académicas.
En el año 2018 -según datos de ANEP (2018)- se asiste a una alta matrícula de estudiantes de Formación en Educación: 27.184 estudiantes en el país, lo que significa un aumento del 12,6% en relación con la cifra  del año 2017. El mayor aumento se registra en la carrera de Maestro de Primera Infancia (MPI): de 7579 en el año 2017 a 8909 en el año 2018.

Los Institutos Normales de Montevideo: epicentro del análisis
Retomamos, entonces, la inquietud que ocasiona el magro egreso de la carrera magisterial en los Institutos Normales de Montevideo, producto, entre otros aspectos, del enlentecimiento en el cursado de la misma. Para poder explicar y comprender esta realidad, se considerarán diferentes estudios realizados, que aportan datos sobre el perfil de los estudiantes: sexo, edad, así como también factores socio-culturales (origen social, condiciones materiales de vida, de trabajo, formación académica personal y del colectivo del cual provienen, entre otros) y su incidencia en el rendimiento académico (específicamente duración de la carrera y situación de rezago recursante).
Los Institutos Normales de Montevideo (IINN), en el año 2018 concentraron un 7.6% de la matrícula del Consejo de Formación en Educación (CFE).[4]  Recibieron inscripciones para la oferta de dos carreras: Maestro de Educación Primaria  (MEP) y Maestro de Primera Infancia (MPI). Esta nueva opción, en año 2017, atrajo un 24% de los matriculados del Centro. En el 2018, este registro aumentó a un 30.8% de la citada matrícula [5]
En cuanto a los datos de egresos del Consejo de Formación en Educación del período 2011-2016, según Informe de Lamas (2018), egresaron 837 estudiantes de los Institutos Normales de Montevideo, de un total de 8645 egresados de los distintos tipos de Institutos (IFD Magisterio, CERP, IPA; IINN, IFD Profesorado, INET, IFD o CERP Educación Social), lo que significa un 9,7%. La tasa de egreso promedio de los IINN en el período 2011-2016 es del 18.1

Desempeño de estudiantes de los IINN según contexto sociocultural: solamente algunas “aproximaciones”.  Lo invisible que tiene lo visible: qué nos dicen los datos.
A.- La duración de la carrera en los Institutos Normales de Montevideo: análisis de factores explicativos
“Es necesario que los docentes sean capaces de preparar a los alumnos para una sociedad y una economía en la que se esperará que sean aprendices autodirigidos, capaces y motivados para mantener el aprendizaje durante toda la vida: “en su preparación, su formación profesional y su vida de trabajo, los docentes de hoy deben comprender y captar a la sociedad de conocimiento en la que sus alumnos vivirán y trabajarán” (Hargreaves, 2003, p. xvii)” (OCDE, 2009:108).
Lo invisible que tiene lo visible: qué nos dicen los datos
Uno de los objetivos de la investigación llevada a cabo por Cifra (2012) fue determinar “…cuáles son los motivos principales de que los estudiantes no finalicen en tiempo y forma la carrera que comienzan…” (p.25). La situación que se plantea resulta de interés ya que sus consecuencias son el rezago y la deserción, hechos que redundan en una disminución de la tasa de egresos.
En referencia al contexto socio-cultural de los estudiantes, este proporciona un escenario de análisis en el que es posible reconocer algunas dimensiones que “presagian” el desempeño de los alumnos. Este es un marco que contribuye para sostener o descartar argumentos que pueden ser explicativos de esa preocupante realidad que definimos como un déficit en la “producción” de maestros en Montevideo.
En cuanto al contexto socio-cultural (como variable analítica) y su incidencia en el desempeño de los estudiantes magisteriales de Montevideo, se analizarán diferentes dimensiones, a fin de clarificar cuál es el peso explicativo de cada una de ellas: características sociodemográficas, situación familiar de los estudiantes, tamaño del hogar, situación laboral, capital cultural y estudios de los estudiantes.
*En cuanto a las características sociodemográficas de la población magisterial.
Con referencia a la edad al comenzar la carrera, es posible observar que el ingreso a esta se produce de modo tardío, esto sucede por diversos motivos, entre otros, no es la primera opción que el estudiante realiza luego de terminar el bachillerato, a lo que en algunos casos se agrega el ingreso al mercado laboral. De hecho, ya desde el inicio, se puede estimar que habrá cierta demora en el logro de la titulación. Si analizamos la Tabla 3 (CIFRA, 2012:41): “Edad al comenzar la carrera de Formación Docente”, si bien hay un 41% de población muy joven (hasta 19 años), un 45% de los alumnos de los IINN se ubica en el tramo 20-25 años. Si a este porcentaje le adicionamos un 14% de casos que tienen 26 años y más, constatamos que casi seis de cada diez estudiantes matriculados ingresaron tardíamente a la carrera. Cabe subrayar que para el artículo, estamos vinculando la edad de ingreso, con la situación de tardío egreso o abandono de estudios, aspectos   a los que se irán agregando, otros factores vinculantes. Los que ingresan más jóvenes culminan la carrera en el tiempo previsto por el Plan 2008, cuatro años. La edad, de hecho, es uno de los factores que aceleran o enlentecen el avance en la carrera.  
Con respecto al sexo, la cohorte 2008, registró en su ingreso 5% de varones y 95% de mujeres, dato que solo confirma la alta feminización de la opción por ser maestro.
Por otra parte, otro aspecto de interés es la procedencia escolar de estos magisteriales.
Se sabe que un 62% de los estudiantes proviene de bachilleratos públicos de Montevideo; un 18% de bachilleratos públicos del Interior y un 20% lo hace de instituciones privadas (estos representan una quinta parte del colectivo, cohorte 2008). Es posible interpretar este dato como asociado o indicador de que las carreras docentes resultan menos atractivas para el público que ha estado escolarizado en instituciones privadas de educación secundaria. En otras palabras, puede ser esta una referencia para avanzar en la interpretación de este colectivo de estudiantes y señalar que se está ante una generación que proviene de sectores socio-económicos medios y medios bajos, en general usuarios de la oferta educativa pública.
Otro factor que contribuye con el conocimiento de la cohorte 2008 tiene que ver con la educación de los padres indicador de la situación socio-económica de los hogares de origen de los futuros maestros. Si bien esta variable no tiene fuerte peso explicativo en el desempeño de los estudiantes, resulta de interés para analizar cuál es capital social y cultural de estos futuros maestros.
Como información, surge que: 21% de los padres tiene primaria terminada; 58% estudios secundarios y otro 21% estudios terciarios. Con respecto a las madres: 19% posee estudios primarios; 51% estudios secundarios y 30% estudios terciarios. Cabe especificar que como en otras investigaciones, se interpreta que los resultados sobre el nivel educativo de la madre jerarquizan el desempeño del estudiante.
En síntesis, el nivel educativo de los padres de los alumnos nos acerca al conocimiento del clima educativo del hogar. Aunque, como ya fue señalado este no resulta un factor determinante en la duración de las carreras de formación docente, lo asociamos con escenarios en los que seguramente se han producido vínculos; con circunstancias que han podido reforzar el capital social y cultural, y con sucesos que pueden haber contribuido con el acercamiento a determinados puestos laborales.
Interesa a los efectos de seguir conociendo la procedencia de estos jóvenes, futuros maestros, su lugar de residencia, es decir de dónde provienen.
El 88% de los cursantes en los I.N.M. vive en este departamento, el 12% restante concurre desde otros departamentos vecinos, cercanía geográfica que está facilitada por la locomoción a la capital. El traslado diario al Centro de estudio, si es por largas distancias, es un factor que desestimula, tanto favorece el abandono y como predispone a que se produzca rezago, a causa, entre otros motivos, por inasistencias a los cursos.
Otro factor asociado, y que corresponde analizar es la situación habitacional: en un 56% de los magisteriales se advierte una situación habitacional satisfactoria (su familia es propietaria de la vivienda), en un 8% es prominente compradora y un 36% alquila o vive en viviendas cedidas. Es posible advertir que más de seis de cada diez estudiantes procede de hogares en los que la situación habitacional seguramente no sea un motivo de preocupación. En el caso del 36% que alquila o habita viviendas en préstamo, puede anticiparse la ocurrencia de dificultades que pueden distorsionar el seguimiento esperable en los estudios. Distraer la dedicación al estudio ocasiona desestímulo, explica tanto de rezago como el abandono de la carrera y si el motivo se concreta por tener que insertarse en el mercado laboral, ante la necesidad de colaborar con el alquiler de la vivienda, entre otros gastos familiares, deja de ser una situación transitoria. Esto pasa a ser para el estudiante una limitación en los tiempos de dedicación al estudio y/o concurrencia a los cursos.       
*La situación familiar de los estudiantes es otra de las variables que condiciona tanto el avance como el enlentecimiento o abandono de la carrera.
En cuanto al tamaño del hogar los datos revelan que: 31% de los estudiantes de magisterio proviene de hogares compuestos por uno o dos integrantes; 56% provienen de hogares con tres o cuatro miembros y en un 13% conviven entre cinco y más integrantes en cada hogar. El tamaño de los hogares no resulta una variable que condicione la duración de la carrera (ya que solo un 13% de los alumnos magisteriales vive en hogares con cinco o más integrantes).  La jefatura familiar no resulta una variable explicativa del desempeño estudiantil entre los futuros maestros de Montevideo. Si consideramos que de un 78% de casos que no son jefe/a de familia, un 60% tiene como principal aportante del hogar a padre o madre, un 35% a la pareja y un 5% a otro miembro.
Los documentos analizados permiten concluir que los estudiantes magisteriales de la cohorte 2008 se mantienen en sus hogares originarios, sin pareja y sin hijos.
* Con referencia a la situación laboral de los estudiantes.
Los datos confirman realidades: un 78% de los magisteriales montevideanos trabaja; un 62% inició su vida laboral antes de ser parte de la cohorte 2008, es decir ya trabajaba desde el inicio de su vinculación con la carrera, (CIFRA, 2012:63).  Cabe destacar, que este escenario, lo laboral, en oportunidades, sitúa al alumno en una condición vulnerable con respecto a sus posibilidades en la carrera. La inserción en el mercado laboral, incide tanto en el rezago como en el abandono.
Acerca de la carga laboral durante la carrera, el análisis que aporta CIFRA (2012:64), sobre la cohorte de magisteriales 2008 de Montevideo, destaca que: un 26% de estudiantes trabaja hasta 20hs semanales; un 52% lo hace más de 20hs semanales y un 22% no trabaja mientras estudia. Si se suma el 52% que trabaja más de 20 horas semanales con el 26% de estudiantes que trabaja hasta 20hs el resultado es un 78% de alumnos que posee una considerable carga horaria semanal de trabajo, situación que resta tiempo para el estudio y el cumplimiento de tareas académicas.
Entre los que trabajan, 50% realiza actividades fuera de la docencia y un 48% lo hace en el ejercicio de la docencia aspecto facilitado, en muchos casos por el grado de avance en la formación que posee. La carga horaria laboral, sumada a la carga horaria académica -clases en el Instituto y en algunos casos práctica docente- quebrantan posibilidades, desmotivan y es así que se produce rezago y en algunos casos abandono de la carrera. Los datos relevados por (CIFRA 2012:67) confirman que un 11% de los magisteriales montevideanos de la cohorte 2008 ha iniciado su vida laboral en la docencia antes de empezar a estudiar magisterio; el 89% restante lo ha hecho en el período 2008- 2012 (paralelamente al cursado de la carrera).
* El capital cultural (del estudiante) configura una condición con la que es posible cualificar a los estudiantes magisteriales montevideanos de la cohorte 2008. La investigación de CIFRA (2012) ha evaluado esta variable considerando, entre otros: lectura de libros, lectura de diarios o semanarios y concurrencia al cine, teatro o espectáculos musicales.
El capital cultural del alumnado, no resulta una variable explicativa de significación de la duración de la carrera (retraso o abandono). De hecho, acerca de la lectura de libros (CIFRA 2012:73) solamente un 37% de los alumnos son lectores esporádicos (leen algunas veces al año o nunca). La lectura de diarios o semanarios y la participación en actividades culturales, tampoco inciden en los rendimientos académicos (solo un 23% son lectores esporádicos y un 80% especifica su concurrencia a: cines; teatros o espectáculos musicales estableciendo que lo hace algunas veces al año).
Con respecto a otros estudios realizados: un 32% no los ha hecho; entre quienes sí lo hicieron, mencionan: cursos técnicos, Universidad, otra formación Docente y otros cursos (CIFRA, 2012:78). Un 46% asume dedicar el mismo o más tiempo a otros estudios que realiza de modo conjunto con la carrera magisterial (pág.80). Este aspecto puede resultar relevante al momento de explicar el rezago en la carrera de Magisterio en los Institutos Normales de Montevideo.
Del citado Informe CIFRA (2012) interesa rescatar algunas apreciaciones realizadas por docentes consultados. Las mismas conforman una suerte de síntesis que ordena información sobre los estudiantes magisteriales montevideanos de la cohorte 2008.  Los docentes concluyen que en general llegaron a las aulas jóvenes de bajo nivel socio-cultural; alumnos con importante carga laboral y con obligaciones familiares. Especifican  que son estudiantes que provienen de sectores socioeconómicos medio y medio bajo y con capital cultural disminuido. Sobre este último dato aclaran que no asocian las carencias culturales como relacionadas a una condición económica, sino que las consideran como parte de una situación social generalizada en las generaciones de estudiantes jóvenes. En ellos está el deterioro cultural-social que preocupa de modo extendido a otros ámbitos, como por ejemplo los universitarios.
Dos aspectos a aclarar sobre las estimaciones docentes. En primer lugar: con respecto al origen socio-económico medio y medio-bajo de los magisteriales, los docentes consideran que este hecho inhibe a muchos de acceder a otras carreras, situación a la que se agrega, como causa, una temprana inserción laboral que en oportunidades, puede ser asociada con responsabilidades familiares. En segundo lugar: los profesores aluden a las carencias formativas que dificultan el desempeño del estudiante en relación con el ritmo de aprendizaje que requiere una carrera terciaria. Destacan que se aprecian, entre otras dificultades de conocimientos específicos, obstáculos en: comprensión lectora, lenguaje y ortografía. Estiman que estos factores confluyen para enlentecer muchas veces el desarrollo del curso, dado que los alumnos no poseen hábitos de estudio y de lectura e ingresan a la carrera con una muy escasa información general que les permita extrapolar significados.

Al momento de cierre del informe de CIFRA 2012, la situación de la cohorte magisterial 2008, con respecto al avance en la carrera, es la siguiente: solo un 12% ha egresado; un 47% continúa en las aulas y un 41% abandonó la carrera. El abandono de los estudios en general se reitera como situación de inicio de la carrera: un tercio de los inscriptos no rinde ningún examen, y en los sucesivos años abandona entre un diez y un quince por ciento.
El citado informe concluye con que se pueden atribuir los motivos de rezago entre los estudiantes magisteriales de la cohorte 2008 a variadas causas: motivos laborales; problemas familiares -parejas/hijos-, salud; dificultades con materias y exámenes; pérdida de interés, desmotivación/ burocracia institucional entre otros.  
De las investigaciones realizadas, han surgido causas que califican el lento cursado de la carrera; sin embargo, algunas razones permanecen invisibilizadas y no se han esbozado soluciones. Entre las causas/factores encontrados están los referidos a escenarios de contexto, realidades propias de los estudiantes, así como a condiciones atribuibles al funcionamiento de las Instituciones (planes de estudio, evaluación de las asignaturas, carga horaria y oferta por turnos).

B.- El rezago recursante en los Institutos Normales de Montevideo: análisis de los factores explicativos
Según investigación de Abero et all (2013), en las últimas décadas el rezago educativo en el Uruguay se ha convertido en un problema casi estructural del sistema educativo.    Este fenómeno ha llevado a otras situaciones, tales  como: deserción; deterioro del prestigio  y calidad académica de la institución. En lo que refiere a la Formación en Educación -particularmente a los Institutos Normales de Montevideo- se observan situaciones de  retraso en el egreso y superpoblación en algunas asignaturas. La disminución  de estudiantes se visibiliza en la reducción del número de grupos cuando que se avanza en los grados de la carrera (entre primero y cuarto año).
Las estadísticas de exámenes -período noviembre, diciembre, año 2010- [6]muestran claramente la problemática. Problemática que preocupa a las autoridades institucionales de los IINN, desde dos perspectivas: en lo que refiere a lo organizacional y a su funcionamiento y en lo relacionado al proceso de desgranamiento de la matrícula (Gerencia General de Planeamiento y Gestión Educativa, 2002) una de cuyas manifestaciones es el rezago, que adquiere importancia, debido a que incide de forma negativa en el porcentaje de  egresos de maestros (Abero et all, 2013).
En la Investigación de corte cuantitativo realizada en los IINN de Montevideo por el equipo  de trabajo de la Sala de Sociología,  se elaboró la categoría “rezagado recursante”[7]  teniendo en cuenta aquellos estudiantes que debían por lo menos una asignatura y  optaron  por recursar.
En la citada Investigación, el universo  de estudio lo constituyen los estudiantes rezagados recursantes  de los Institutos Normales de Montevideo en las asignaturas seleccionadas: Sociología (1º), Matemática (1º), Físico-Química (1º), Pedagogía I (1º), Teoría del Conocimiento y Epistemología (2º) e Historia (1º). [8]  La situación de rezago de los estudiantes recursantes, se representa  en función de dos dimensiones: dimensión disciplinar  -número de disciplinas que se recursan-  y dimensión temporal   - tiempos de recursado-[9]
Los resultados de la exploración de corte cuantitativo realizada muestran que el mayor porcentaje de rezagados recursantes corresponde a aquellos estudiantes que recursan una asignatura (42,2%). Se observa un orden decreciente a medida que aumenta el número de asignaturas recursadas. En síntesis,  el rezago bajo es el que predomina entre los estudiantes de los Institutos Normales de Montevideo. Cuando se presta atención a la dimensión temporal del rezago, en lo que hace referencia al rezago reciente, se puede verificar que los mayores guarismos se encuentran en Matemática I e Historia. De hecho, un 24% de los estudiantes censados recursa Matemática I por primera vez, seguido de un 23,5% que lo hace en Historia.  Respecto al rezago reiterado (recursantes por segunda vez), de un total de 132 alumnos censados, es en Matemática I  y  Físico Química donde aparecen los porcentajes más altos: 21% en ambos casos, seguido por Historia I con un 17,4%.
Factores que inciden en el rezago recursante en los IINN
*- En cuanto a las variables socio-demográficas (específicamente edad), Abero et all (2013) plantean, respecto a  la distribución por edades de los estudiantes rezagados recursantes, que el mayor guarismo se ubica entre aquellos que tienen 26 años y más (43,5%). Lo sigue un 20% que se ubica en el tramo etario 18-21 años.
En lo que atañe a la situación conyugal de la población en estudio,  la mayoría es soltero (66,1%).  Y casi 6 de cada diez estudiantes  viven con padre y o madre y o hermanos. Situación conyugal no resulta significativa como variable para explicar el rezago recursante.
Los datos del censo realizado en los IINN, muestran que más de seis de cada diez (63%) estudiantes rezagados recursantes tiene trabajo estable; si se agrega el 10% de los que tienen trabajo zafral, y el 3,9% de los que se sitúan en la categoría “otros”, el resultado es un 76,9% de alumnos recursantes que se encuentran insertos laboralmente (Abero et all, 2013:28). Si se tiene en cuenta que solamente un 18,7% de los casos censados declaran “no trabajar”, se puede concluir que  la variable trabajo, resulta de significación para explicar la situación de rezago.
El promedio de horas trabajadas, resulta una variable interviniente en la explicación del rezago recursante: un 34,3% de la población total en estudio afirma trabajar entre 21 y 40 horas semanales promedio, seguido de un 27,4% que lo hace hasta 20 horas. (Ibid:29).
El lugar de residencia, no resulta una variable significativa a la hora de explicar el rezago, ya que la gran mayoría de alumnos censados vive en Montevideo (84,8%).
Cuando se analiza el nivel socio-económico de los estudiantes recursantes  en función  del nivel de equipamiento del hogar, los datos arrojan  una distribución homogénea por cuartiles.  Empero, si se adicionan los porcentajes de los cuartiles uno (25% de alumnos con menor nivel de equipamiento) y dos, se observa que casi la mitad de los alumnos censados pertenece a los dos cuartiles más descendidos de equipamiento (Ibid:32). El nivel socio-económico constituye una variable explicativa de la situación de rezago recursante.
En cuanto al nivel educativo de la madre, el nivel educativo bajo es el mayoritario (42,6%), seguido por el nivel educativo medio (29,1%). Si se suman ambos datos, se puede concluir que casi  un 72% de los alumnos censados pertenece a niveles bajo y medio, y menos de la tercera parte del alumnado magisterial recursante tiene madre con nivel educativo alto Ibid:34). Puede afirmarse, entonces, que el nivel educativo de la madre es un factor que condiciona el rendimiento académico de los estudiantes.
Respecto al nivel educativo del padre, los datos de la Investigación realizada en los IINN, permiten verificar que se reitera la tendencia en lo que refiere al nivel educativo de la madre: 44,3% de los alumnos provienen de hogares con padres de nivel educativo bajo y 27,8%  de hogares cuyos padres tienen un nivel educativo medio, lo que sumado, muestra un 72,1% (Ibid: 35). Por lo tanto, se verifica, en la comparación, que existe congruencia entre ambos niveles educativos.
El clima educativo del hogar (una variable que se construye a partir del nivel educativo de la madre y del  nivel educativo del padre), muestra que se reitera la tendencia  ya analizada, respecto a los análisis anteriores: 47,8% para el nivel bajo y 27% para el nivel alto (Ibid:36).
La relación entre equipamiento del hogar (medido por cuartiles) y clima educativo del hogar, muestra que existe congruencia: más de la mitad de los estudiantes del cuartil 1 (corresponde al 25% de alumnos con menor nivel de equipamiento), provienen de un hogar con clima educativo bajo; un 54,2% de los alumnos del cuartil 2 se encuentran en  esta situación, 47,2% de los censados que se ubican en el cuartil 3 y 38,5% de los del cuartil 4 (Ibid:37).
Un dato de interés que  puede explicar el rezago recursante,  es que de cien casos de alumnos de 26 años y más, casi el 60% proviene de hogares con clima educativo bajo. Si se agrega a esto, que el 43,5% de la población recursante de Magisterio se ubica en el citado tramo etario, el clima educativo del  hogar resulta un factor altamente significativo en esta relación. Por otra parte, cabe señalar que, entre los estudiantes del trama 18-21 años -los más jóvenes-   la cifra mayor se encuentra entre aquellos que tienen familias con clima educativo alto.

Otros factores explicativos del rezago recursante
Si bien algunos factores socio-culturales, como el clima educativo del hogar, tienen incidencia en el rezago recursante de los estudiantes de los Institutos Normales de Montevideo, según  Investigación llevada a cabo por los docentes de la Sala de Sociología  de estos Institutos, otros factores emergen como importantes, desde la visión del estudiantado magisterial.
En cuanto a lo curricular, la carga horaria de la carrera surge como una variable explicativa del rezago recursante: casi un 68% de los alumnos censados piensa  (en primer o segundo lugar), que este factor es determinante de la situación de rezago recursante de los estudiantes de los IINN (según datos del Censo 2011, a estudiantes). Otro de los factores curriculares condicionantes del rezago recursante es el número de asignaturas de la carrera magisterial. Casi 6 de cada 10 alumnos censados, selecciona, en primer y segundo lugar, esta dimensión, como determinante del rezago recursante.  El tiempo que insume la práctica docente es otro aspecto que condiciona el rezago recursante, para  más de la tercera parte del estudiantado (seleccionado en primer y segundo lugar). 
En lo que refiere a los estudiantes, la opción en tercer año de Bachillerato realizada por los alumnos recursantes, puede explicar la situación de rezago en algunas asignaturas propias del Área Científica y Biológica (Matemática, Físico-Química), ya que los datos muestran una tendencia que se ha dado en los estudiantes de Magisterio: la mayoría proviene del Área Humanística (casi siete de cada diez en la Investigación de Abero y otros:2013).
En la misma línea, la investigación de corte cualitativo realizada en los IINN, (Abero et all,  2016) como complemento de las Investigación cuantitativa, arroja resultados de interés para comprender el tema rezago.
Algunos docentes expresan que el capital cultural familiar y las trayectorias escolares anteriores de los estudiantes de Magisterio, son factores fundamentales que dificultan la conceptualización, aspecto que incide en el rendimiento académico.  Las expresiones de los profesores son significativas:
“En cuanto al aprendizaje, para los chiquilines (…) el lenguaje se les hace dificultoso por su origen, su formación anterior. Hay exceso de contenidos precisos, de contenidos complejos” (EG) (Abero et all, 2016: 48 ).
“Les faltan contenidos conceptuales, no saben lo mínimo de la ciencia normal, no hay conceptos básicos, no hay posibilidades de metáforas, de construcción ni creación de conocimiento básico (…). El curso es intenso, tiene niveles necesarios de abstracción, de un trabajo mental necesario para el  manejo de fórmulas, de ecuaciones, de lecturas de materiales científicos  y el manejo de  lecturas de gráficos. No solo se requiere de lenguajes conceptuales, sino también de lenguajes procedimentales que están implícitos en las ciencias y que llevan un tiempo para incorporarlos (…) son necesarios para su formación ya que después lo van a tener que trabajar en la Escuela” (EG) (Abero et all, 2016: 49).
Los actores institucionales vinculados a la gestión (Docentes Orientadores Educacionales (DOE) e integrantes del equipo de Dirección), respondieron a cuestionario auto administrado. En lo que refiere a las causas del rezago recursante, hubo coincidencia en que son múltiples; se mencionan repetidamente: situación laboral de los estudiantes, abultada carga horaria de la carrera y  búsqueda de exoneración de asignaturas (ya que el Plan 2008 hace posible esto, y  cuando no se logra exonerar, se opta por recursar,  por temor a rendir examen).  Asimismo, surgen alusiones al perfil socioeconómico de los estudiantes,  su situación familiar, la situación de jefas de familias, entre otras. A los aspectos mencionados, uno de los integrantes del equipo director, añade la variedad de actividades que realizan los alumnos de manera simultánea.

Este artículo pretende ser solo un acercamiento a una realidad que preocupa: el desempeño de los estudiantes de Magisterio de Montevideo, en el entendido de que este se visibiliza en el número de años  de duración de la carrera, la situación de recursar, el rezago, aspectos que inciden en los tiempos de finalización de su formación terciaria. Sin dudas que se hace imprescindible continuar investigando, actualizar información, tanto explicativa como comprensiva, de esta temática, ya que el foco son los estudiantes (futuros maestros).

Referencias bibliográficas

Abero, Laura, Lilián Berardi, Alejandra Capocasale, Ana Lía Macedo, Selva García Montejo, Mirtha Ricobaldi (2016). Investigación. “Se hace camino al andar”. Perspectiva de algunos docentes acerca del rezago recursante.

Abero, Laura, Lilián Berardi, Alejandra Capocasale, Selva García Montejo, Ana Lía Macedo, Mirtha Ricobaldi (2012). Investigación  (2010-212). “Ruptura del modelo tradicional de estudiante. Un estudio sobre el rezago recursante en los Institutos Normales de Montevideo”.
ANEP-CODICEN-Gerencia General de Planeamiento y Gestión Educativa (2002). “La Formación Docente en cifras”, Serie Estadística Educativa, junio, Nº1, Uruguay.

ANEP. Educación Pública (2018). “En 2018, creció casi 13% la matrícula en formación docente, en todo el país”. En línea: https://www.anep.edu.uy/15-d/en-2018-creci-casi-13-matr-cula-en-formaci-n-docente-en-todo-el-pa-s

ANEP-CODICEN-CFE. Consultora CIFRA (2012). “Estudio de los factores que influyen en la  duración de las carreras de Formación Docente”. Impreso en ZONALIBRO. Montevideo. Uruguay.

INEEd (2016) a. “Los salarios docentes en Uruguay: estructura y evolución reciente”
En línea:

INEEd (2016) b. “Los maestros recientemente egresados. ¿Cuáles son sus perspectivas sobre su formación y la primera etapa de la vida profesional?, Montevideo.

Lamas, Claudia, Evans, Thomas  (2018).   “Informe de Egresos del CFE. Análisis de su Evolución y principales Características”. ANEP. CFE:  En línea: https://www.anep.edu.uy/sites/default/files/images/2018/noticias/181221/INFORME%20EGRESOS%202018-CFE.pdf

Lamas, Claudia, Evans, Thomas  (2018).    “Informe de Matrícula del Consejo de Formación en Educación. Matrícula Inicial y Características Sociodemográficas de los estudiantes”.

OCDE (2009). “Política de educación y formación: Los docentes son importantes: atraer, formar y conservar a los docentes eficientes”. En línea: https://read.oecd-ilibrary.org/education/politica-de-educacion-y-formacion-los-docentes-son-importantes_9789264046276-es#page1

Rodríguez-Ayán Mazza, María Noel (2007). “Análisis multivariados del desempeño Académico de Estudiantes Universitarios de Química”. Tesis de Doctorado. Depto de Psicología Social y Metodología. Facultad de Psicología. Universidad Autónoma de Madrid. En línea:
https://repositorio.uam.es>ahndle>5...

Seoane, Mariana (2013). “Desempeño estudiantil en el primer y segundo año de la carrera de Odontología de la Universidad de la República. Análisis de trayectorias académicas de la cohorte 2009”. Maestría en Enseñanza Universitaria. Universidad de la  República. Uruguay. Comisión Sectorial de Enseñanza. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Consejo de Formación en Educación. En línea: https://www.cse.udelar.edu.uy>2017/

Serna, Miguel, Alina Machado, Laura Nalbarte, Fabiana Espínola, Panambí Abadi (2005). “Rendimiento escolar en la Universidad de la República: una propuesta de indicadores de desempeño de los estudiantes”. Serie Documentos de Trabajo. Comisión Sectorial de Enseñanza. Universidad de la República. Instituto de Estadística (IESTA). Universidad de la República. Facultad de Ciencias Económicas y Administración. En línea:


Anexos
 
Fuente: Censo de ERR de los IINN/2011.


 
Fuente: Censo de ERR de los IINN/2011.
Fuente: Censo de ERR de los IINN/2011.

Fuente: Censo de ERR de los IINN/2011.

Fuente: Censo de ERR de los IINN/2011.

 
Fuente: Censo de ERR de los IINN/2011.

Fuente: Censo de ERR de los IINN/2011.



[1] Respecto a la variable contexto socio-cultural,  es uno de los factores que se considera que condiciona el desempeño académico. Se tendrán en cuenta indicadores como: características sociodemográficas (edad al comenzar la carrera, sexo, procedencia escolar, educación de los padres, lugar de residencia, situación habitacional), situación familiar, situación laboral, capital cultural del alumnado, estudios realizados.
[2]Serna et all, 2005:18 define desempeño estudiantil como: “… una noción multidimensional y polisémica que se encuentra (…) vinculada a diferentes conceptualizaciones y, en consecuencia, a diferentes medidas”. Este concepto aparece muchas veces entendido como rendimiento estudiantil:
“… el rendimiento estudiantil es un concepto complejo cuya comprensión requiere de una perspectiva amplia dada la variedad de factores que influyen en el mismo” (Ibid:18). Por su parte, Rodríguez-Ayán Mazza (2007) plantea: “Concebimos el desempeño académico  como un constructo no observable, que admite múltiples indicadores y que debe contemplar no solo los logros académicos de los  alumnos en los estudios universitarios (en términos de calificaciones obtenidas) sino también la adecuación temporal de dichos logros al Plan de Estudios programado (progreso de la carrera)”  En: Seoane (2013:48). Como concepto abarcativo y complejo, el desempeño estudiantil, incluye múltiples dimensiones: rendimiento académico (aprobación/no aprobación de asignaturas), años de duración de la carrera, rezago, rezago recursante,  deserción, fracaso  escolar. En este  artículo se focalizará en aspectos como: el rendimiento académico (analizado por años de duración de la carrera) y el rezago (el rezago recursante).
[3] Información seleccionada de: ANEP  (2018)  y Lamas, Claudia y Thomas Evans (2018).
[4] Información tomada de Lamas (2018).
[5] Complementan la información, los siguientes datos: en el año 2018, para la carrera de Maestro de Educación Primaria se inscribieron 1752 alumnos y en el caso de Maestro de Primera Infancia, 667 estudiantes.
[6] Datos ofrecidos por los Institutos Normales de Montevideo.
[7]  “El recusante es el que: 1- cursó la asignatura, no la exoneró, rindió el examen y no aprobó; 2- cursó la asignatura, no la exoneró y no rindió el examen; 3- se inscribió en la asignatura y la abandonó” (Abero et all, 2013: 5 y 6). A efectos de la Investigación,   se seleccionaron  las seis asignaturas con menor porcentaje de aprobación del Plan 2008, en el período noviembre-diciembre 2010: Sociología 1°, Matemática 1°, Físico- Química 1°, Pedagogía 1°, Teoría del Conocimiento y Epistemología 2º e Historia 1°. Esta selección  se llevó a cabo  teniendo en cuenta  la sumatoria  de estudiantes que no se presentaron, y que no aprobaron exámenes sobre la totalidad de habilitados para rendir.
[8] La selección siguió el criterio  de mayor porcentaje de no aprobación de las asignaturas nombradas, tomando como punto de partida los datos de los resultados de exámenes del período noviembre-diciembre 2010.  Se trabajó el Rezago por rendimiento en estudiantes recursantes de las asignaturas del Plan 2008, en los IINN de Montevideo.
[9] Respecto a la dimensión disciplinar, se especifica como rezago bajo a aquellos casos de alumnos que recursan una asignatura; rezago medio a los casos de los estudiantes que recursan dos asignaturas y rezago alto a la realidad de recursado de tres o más asignaturas. En cuanto al designado rezago temporal, se tipifica en tres condiciones: rezago reciente (recursantes por primera vez), rezago reiterado (dos veces) y  rezago continuo (tres veces o más).