“Os recuerdo que la imaginación sociológica consiste en una parte considerable, en la capacidad de pasar de una perspectiva a otra y en el proceso de formar una opinión adecuada de una sociedad total y de sus componentes. Es esa imaginación, naturalmente, lo que separa al investigador social del mero técnico” (Ch. W. Mills, 1959)
miércoles, 24 de junio de 2015
INFORME Ocho de cada diez uruguayos son de clase media, pero. 24.06.2015
http://www.uypress.net/uc_61062_1.html
miércoles, 17 de junio de 2015
art. publicado el blog: ssociologos.com
http://ssociologos.com/2015/06/09/zygmunt-bauman-alerta-sobre-la-ceguera-moral/
Siteal. ¿Por qué los adolescentes dejan la escuela?
http://www.siteal.org/cuadernos/546/por-que-los-adolescentes-dejan-la-escuela-comentarios-a-los-abordajes-conceptuales-sob
Siteal. Hojas de ruta de A. Latina sobre primera infancia. (actualización)
http://www.sipi.siteal.org/publicaciones/699/hojas-de-ruta
Siteal. Compromiso con la primera infancia. Uruguay
http://www.sipi.siteal.org/sites/default/files/sipi_publicacion/sipi_hoja_de_ruta_uruguay_20150514.pdf
lunes, 15 de junio de 2015
¿Por qué los sociólogos nos preguntamos para qué sirve la Sociología? Publicado por: Ssociólogos
art. de Blog: ssociologos.com
http://ssociologos.com/2015/06/13/por-que-los-sociologos-nos-preguntamos-para-que-sirve-la-sociologia/
http://ssociologos.com/2015/06/13/por-que-los-sociologos-nos-preguntamos-para-que-sirve-la-sociologia/
viernes, 12 de junio de 2015
Maturana, H. La realidad objetiva o construida. II
https://meinps.files.wordpress.com/2013/06/maturana-humberto-la-realidad-objetiva-o-construida-2.pdf
Pobreza y desigualdad en América Latina (1980-2014). Caetano, G y G. de Armas
Pobreza y desigualdad en América Latina (1980-2014)
Por: Autor Invitado | 30 de marzo de 2015
Por, Gerardo Caetano, profesor de la Universidad de la República, Uruguay /Gustavo de Armas, especialista
en política social de UNICEF, Oficina Uruguay
La persistencia de las desigualdades en América Latina, 3
Pobreza en República Dominicana / Foto: Orlando Barria.
En estos últimos meses han surgido a la luz pública distintos Informes
internacionales que vuelven a poner en el centro de la atención mundial la
gravedad inusitada que ha cobrado la desigualdad en el contexto global más
actual. Según Oxfam,
el año pasado el 1% más rico del planeta era dueño del 48 por ciento de la
riqueza del mundo. Pero las tendencias tienden a agravarse: en el 2016 ese 1% tendrá más
del 50% y en el 2019 más del 54%. Si desagregáramos los grandes
segmentos, nos encontraremos con asimetrías incluso más irritantes: en el 2014,
el 20% del 99% concentraba el 46.5 % de ese restante 52, al tiempo que las
ochenta personas más ricas del planeta poseen actualmente lo mismo que los
3.600 millones de personas más pobres. En ese contexto escandaloso, la
situación de América Latina, a pesar de haber mejorado en la última década,
sigue manteniendo guarismos muy preocupantes. Según el Banco Mundial y el Centro de Estudios
Distributivos, Laborales y Sociales (CEDLAS), América Latina es la segunda región
más desigual del planeta (52,9 de coeficiente de Gini), apenas por debajo del
África Subsahariana (56,5) y seguida desde bastante lejos por Asia (44,7) y por
Europa del Este y Asia Central (34,7). Por su parte, el recientemente publicado Panorama Social de América
Latina 2014 de la Comisión
Económica para América Latina de las Naciones Unidas (CEPAL) ha registrado un estancamiento en la baja de la pobreza: el porcentaje
de personas con ingresos inferiores a la Línea de Pobreza fue 28.1 en el 2013,
al igual que en el 2012, y se proyecta que baje apenas en una décima porcentual
para el 2014 (Gráfico 1).
Como bien ha advertido la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena: “... la recuperación de la
crisis financiera internacional no parece haber sido aprovechada
suficientemente para el fortalecimiento de políticas de protección social que
disminuyan la vulnerabilidad frente a los ciclos económicos. (…) Ahora,
en un escenario de posible reducción de los recursos fiscales disponibles, se
requieren mayores esfuerzos para apuntalar dichas políticas, generando bases
sólidas con el fin de cumplir los compromisos de la agenda de desarrollo
post-2015.”
Registros o análisis similares podrían multiplicarse, pero todos
convergerían en el señalamiento acuciante de que la desigualdad sigue
alcanzando niveles muy severos en el continente latinoamericano, pese a los
logros sociales verificados en la última década en la región. Asimismo, todos
esos datos fundarían con solidez la constatación de que esos niveles de
desigualdad, que expresan una larga historia, siguen configurando en América
Latina uno de los principales retos para abatir la pobreza, sustentar el
crecimiento económico soberano y afirmar la democracia.
Períodos
Pero vayamos a lo que nos enseña el análisis de estos temas en el pasado
reciente de la región. Si se examina la evolución de la pobreza y la indigencia
(definidas como posesión de ingresos insuficientes para acceder a determinadas
canastas de bienes y servicios, y no a partir de un conjunto amplio e integral
de dimensiones) durante los últimos treinta años en América Latina y el Caribe
se podrán advertir o identificar, con cierta facilidad, cuatro períodos
claramente diferenciados.
El primero de los períodos corresponde a los años ochenta del siglo
pasado: la llamada “década perdida”. Como se puede apreciar
en el Gráfico 1, entre 1980 y 1990 la incidencia de la pobreza aumentó de 40.5%
a 48.4%, lo que implicó, merced al crecimiento poblacional registrado en esos
años, pasar de 136 a 204 millones de habitantes viviendo en hogares con
ingresos inferiores a la Línea de Pobreza.
La última década del siglo pasado constituye la segunda etapa en esta
periodización. En esos años, en particular durante su primer lustro, se registró
una reducción muy moderada de la pobreza: de 48.4% a 43.8% entre 1990 y 1999.
Esta leve caída en los niveles de pobreza y de indigencia (de 22.5% a 18.5%) se
produjo en el contexto de crecimiento económico posterior a la “década
perdida”, en una etapa signada por procesos de apertura económica y reformas de
signo liberal. Cabe consignar que este descenso coincidió con el incremento de
la desigualdad en la distribución del ingreso en varios países de la región.
Al analizar esta segunda etapa de nuestra periodización no puede
omitirse el señalamiento del vínculo profundo e insoslayable entre desigualdad
y pobreza. En América Latina las altas tasas de pobreza han sido históricamente
el resultado de los altos niveles de desigualdad en la distribución del ingreso,
no de una “pobreza económica” o de una insuficiencia productiva. En esta línea,
el Banco Interamericano de Desarrollo señaló ya hace varios años sobre el
vínculo entre desigualdad y pobreza en América Latina (BID 1998: 18 y
ss.): “Uno de los rasgos más destacados de la mala distribución (del
ingreso) en América Latina es la enorme brecha que hay entre las familias que
pertenecen al decil de más altos ingresos y las demás. Una implicación muy
grave de la concentración del ingreso en América Latina es la extensión de la
pobreza en la región. (...) Si América Latina tuviera la
distribución del ingreso que corresponde a su nivel de desarrollo de acuerdo
con los patrones internacionales, la incidencia de la pobreza sería la mitad de
lo que es realmente; (...) si el ingreso en América Latina se
distribuyera como en los países del Sudeste de Asia, la pobreza sería una
quinta parte de lo que es en realidad. Incluso tomando el patrón distributivo
de África, se encuentra que para los mayores niveles de desarrollo que tiene
América Latina, debería tener la mitad de los pobres que tiene realmente.”
Entre fines de los años noventa y los primeros del primer decenio del
siglo XXI se puede ubicar la tercera fase en este recorrido. En esa etapa se
produce en la región considerada como conjunto un estancamiento en la reducción
de la pobreza, en tanto algunos países padecen un crecimiento significativo de
la pobreza y de la indigencia a causa de profundas crisis económicas que
cierran en forma dramática el ciclo y los modelos de los años noventa.
Finalmente, el cuarto período se inicia a comienzos de este siglo con
una sostenida reducción de la pobreza y de la indigencia, tanto en términos
relativos como absolutos, que ha seguido hasta nuestros días. Como se puede
apreciar en el Gráfico 1, entre los años 2002 y 2014 se observa una reducción
de los porcentajes de pobreza (de 43,9 a 28) y de indigencia (de 19.3 a 12).
Este comportamiento asume otra valoración si se considera en términos
absolutos: en dicho período la región pasó de 225 millones a 167 millones de
personas en situación de pobreza, y de 99 millones a 71 millones en situación
de indigencia (Gráfico 1).
Gráfico 1
Población bajo la Línea de Pobreza (Mét.CEPAL) en América Latina.
Años seleccionados entre 1980 y 2014. En porcentajes y valores absolutos.
Población bajo la Línea de Pobreza (Mét.CEPAL) en América Latina.
Años seleccionados entre 1980 y 2014. En porcentajes y valores absolutos.
Cabe el interrogante respecto a si el relativo estancamiento que se
observa en el mejoramiento de los indicadores de pobreza e indigencia a partir
de 2012 representa el inicio de una nueva etapa en este recorrido, en un marco
global de crisis económica y de incertidumbre, o si simplemente implica una
desaceleración de una tendencia que aún se sostiene, en términos de mejora en
los niveles de bienestar de los estratos de menores ingresos de la población.
En cualquier hipótesis, los logros sociales obtenidos no resultan
suficientes y deben profundizarse en forma decidida en los próximos años.
Comparaciones y tendencias
El descenso de la pobreza que se registra en la región en los últimos
diez años – y que en algunos países, como Chile, se inicia ya en los años
noventa – se manifiesta con mayor claridad en aquellos países que
experimentaron profundas crisis económicas y sociales a comienzos de la década
pasada. En este sentido, se destaca la trayectoria de Uruguay, donde la pobreza
se reduce casi a una cuarta parte entre 2004 y 2013: de 20.9% a 5.7%. Otros
países donde se observan también caídas sostenidas y muy significativas – y que
por su peso demográfico determinan el comportamiento de la región como conjunto
– son Brasil (de 38.7% en 2003 a 18% en 2013), Perú (de 54.7% en 2001 a 23.9%
en 2013), Chile (de 20.2% en 1999 a 7.8% en 2013), Colombia (de 49.7% en 2002 a
30.7% en 2013) y Venezuela (de 48.6% en 2002 a 32,1% en 2013). Más allá del
impacto que tiene en la región la trayectoria particular de algunos de sus
países (obviamente, Brasil merced a su peso poblacional), la conclusión más
relevante que se desprende de los datos presentados es que prácticamente en
todos los países de la región (al menos en los 18 sobre los que se presenta
información) se advierte, en mayor o menor grado y con algunos altibajos, una
disminución de la pobreza y de la indigencia en la primera década de este siglo.
Pese a la sostenida reducción de la pobreza de ingresos o monetaria a lo
largo de la última década, el panorama actual en la región dista de ser satisfactorio.
A excepción de los países del Cono Sur, donde los niveles de pobreza han
disminuido a un dígito, en la mayor parte de los países latinoamericanos la
pobreza aún afecta a una tercera parte de sus habitantes, al tiempo que en
muchos de estos países la indigencia o pobreza extrema supera el dígito
(Gráfico 2).
Gráfico 2
Personas bajo las Líneas de Pobreza y de Indigencia (Met.CEPAL) en América Latina (16 países selec.). Año 2013 o anterior más próximo. En porcentaje.
Personas bajo las Líneas de Pobreza y de Indigencia (Met.CEPAL) en América Latina (16 países selec.). Año 2013 o anterior más próximo. En porcentaje.
Fuente: elaboración propia a partir de datos de CEPAL (enlace). Información revisada al 05/FEB/2015. Nota: [i] áreas
urbanas.
Cabe acotar, además, que en muchos países de la región la
reducción de la pobreza por ingresos no implico o no se tradujo,
necesariamente, en mayor acceso a servicios y públicos de calidad (salud y
educación, en especial) ni en mejoras significativas en otras dimensiones clave
para el bienestar y el desarrollo de los ciudadanos (hábitat, vivienda,
saneamiento, etc.). Por esa razón, cuando se examina la evolución de la
pobreza, medida con índices multidimensionales que trascienden la variable
ingreso, si bien se advierte una evolución positiva en la mayoría de los países
de la región durante los últimos años, la magnitud y el ritmo de la mejora
resulta menor que cuando se analiza la evolución de la pobreza medida
exclusivamente como carencia de ingresos.
Como ya se indicó, la reducción de la pobreza y la indigencia en estos
últimos diez años ha sido acompañada por la disminución en los niveles de
concentración de ingreso, en un marco de crecimiento sostenido y en muchos
casos, a tasas inéditas para la historia reciente. En 16 de los 18 países sobre
los que CEPAL presenta datos de la evolución del Gini se registra una caída en
los niveles de concentración del ingreso o desigualdad desde comienzos de este
siglo. En muchos países latinoamericanos la disminución de los niveles de
concentración del ingreso ha sido muy pronunciada en términos relativos
(partiendo, no obstante, de valores iniciales muy altos, que situaban a esos
países entre los más desiguales del orbe). Por mencionar solo algunos de los
países de mayor magnitud: en Brasil la reducción del Coeficiente de Gini fue de
0.639 en 2001 a 0.553 en 2013; en México de 0.542 en 2000 a 0.492 en 2012; en
Argentina de 0.578 en 2004 a 0.475 en 2012; en Perú de 0.545 en 1999 a 0.444 en
2013; en Venezuela de 0.500 en 2002 a 0.397 en 2011. En todos esos países –
partiendo de guarismos iniciales disímiles – el Coeficiente de Gini se contrajo
casi un punto, en períodos que rondan un decenio. Al igual que con la pobreza,
y más allá de similitudes o familiaridades dentro de la región, el panorama
continental con respecto a la desigualdad es variopinto: de hecho, en una
región que sigue siendo de las más desiguales del planeta, algunos países
registran en la actualidad niveles de desigualdad –inferiores a 0.4 en el
Coeficiente de Gini– que los acercan, por primera vez en muchas décadas, a los
niveles de desigualdad que históricamente han exhibido los países más
desarrollados, en particular los europeos (Gráfico 3).
Gráfico 3
Concentración de ingreso en América Latina (16 países seleccionados), medida por Coeficiente de Gini. Año 2013 o anterior más próximo.
Concentración de ingreso en América Latina (16 países seleccionados), medida por Coeficiente de Gini. Año 2013 o anterior más próximo.
Fuente: elaboración propia a partir de datos de CEPAL (enlace). Información revisada
al 05/FEB/2015. Nota: [i] áreas urbanas.
Al abordar la evolución de la desigualdad en los últimos diez años,
resulta pertinente y oportuna la comparación con la primera mitad de los años
noventa del siglo pasado. Si bien en la primera mitad de los años noventa
varios países de la región registraron un descenso en los niveles de pobreza
(aunque de menor cuantía que la observada en la pasada década) y tasas de
crecimiento de cierta magnitud, en los primeros años de este siglo la
disminución de la pobreza y la indigencia ha ido acompañada tanto por el
crecimiento económico –aún mayor que el observado hace dos décadas– como por la
reducción de la desigualdad, uno de los males endémicos de la región. En otras
palabras, y evitando propiciar un relato autocomplaciente, se podría afirmar,
al menos a la luz de la información disponible hasta el momento, que los
últimos diez años registran una trayectoria virtuosa, especialmente si se la
compara con el recorrido de las últimas tres décadas del siglo veinte. Aunque
todavía no en los niveles exigibles, se ha podido combinar crecimiento
económico, reducción de la pobreza y disminución de la desigualdad en la
distribución del ingreso. En otras palabras, y pese a que los ritmos todavía
resultan lentos habida cuenta de los desafíos que enfrenta el continente y de
las asignaturas pendientes que arrastra desde hace décadas, en algunos
países de la región ha comenzado a perfilarse el tan mentado y tantas veces
esquivo objetivo de crecer con equidad.
Claves de desigualdad
La reducción de la pobreza, la indigencia y la desigualdad en la
distribución del ingreso que ha experimentado la mayor parte de los países de
la región no ha permitido, empero, acortar otras brechas que históricamente han
definido algunos de los perfiles más notorios de la región. Así, las asimetrías
con relación al ingreso y, por ende, al riesgo de caer en situación de pobreza
entre grupos étnicos, áreas geográficas (el mundo rural versus el urbano),
grupos de edad y género se mantienen desafiantes en la región. Como se puede
apreciar en el Gráfico 4, en todos los países de la región (al menos en los 18
sobre los que se presenta información) la incidencia de la pobreza en los niños
y adolescentes menores de 15 años es claramente mayor que en el conjunto de la
población.
Gráfico 4
Niños (menos de15 años) y población total bajo la Línea de Pobreza (Met.CEPAL) en América Latina (16 países seleccionados). Año 2013 o año previo más próximo. En porcentajes.
Niños (menos de15 años) y población total bajo la Línea de Pobreza (Met.CEPAL) en América Latina (16 países seleccionados). Año 2013 o año previo más próximo. En porcentajes.

Fuente: elaboración propia a partir de datos de CEPAL (enlace). Información revisada al 05/FEB/2015. Notas: [i] áreas urbanas.
Algunos de los países que exhiben más bajos índices de pobreza muestran,
empero, la mayor brecha entre los niños y el conjunto de la población: en
Uruguay, por ejemplo, la incidencia de la pobreza en los niños es más del doble
que en el conjunto de la población, en tanto que en los restantes países del
Cono Sur se advierten también asimetrías severas. En dichos países lograr un
descenso de la pobreza en el conjunto de la población aún mayor que el
registrado en los últimos años descansa, fundamentalmente, en la posibilidad de
reducir significativamente la pobreza infantil.
Aún más notoria resulta la inequidad entre grupos de edad en el acceso
al bienestar si se compara a las personas menores de 15 años con las de 65 o
más años de edad, es decir, si se compara los dos grupos de población que
teóricamente constituyen el núcleo más sensible de los regímenes de bienestar
y, en particular, de los sistemas de seguridad social. Alrededor de 2013, en
los 13 países de la región, con información disponible sobre pobreza por edad
en las bases en línea de la CEPAL, el porcentaje de pobreza entre los niños
menores de 15 años era 4.1 veces mayor al registrado entre las personas de 65 o
más años (promedio simple entre los 13 países).
La concentración de la pobreza en las generaciones más jóvenes es una
expresión de las persistentes inequidades entre grupos de población en el
acceso al bienestar y, por lo tanto, en el ejercicio de sus derechos,
particularmente, de sus derechos económicos, sociales y culturales. Pero este
fenómeno también resulta indicativo de la oportunidad que no se está
aprovechando plenamente en un tiempo de bonanza, al menos en América del Sur,
de invertir y sustentar cambios sensibles en la educación pública, en el
desarrollo de capacidades y competencias desde la más temprana infancia y con
particular énfasis en las franjas más vulnerables de la población.
Otra de las expresiones o manifestaciones de inequidad refiere a la
condición étnica de los ciudadanos latinoamericanos. A diferencia de lo que
acontece con el clivaje de edad, el panorama dentro de la región puede resultar
variopinto con relación a las brechas entre indígenas y afrodescendientes, por
una parte, y el resto de la población, por otra, con relación a la incidencia
de la pobreza. Empero, en muchos países se observan considerables asimetrías en
perjuicio de los primeros. De acuerdo a datos procesados por CEPAL, en todos
los países de los que se dispone información en sus bases de datos en línea, la
incidencia de la pobreza es mayor en los indígenas que en el resto de la
población, en algunos casos, significativamente más alta (Gráfico 5).
Gráfico 5
Personas bajo la Línea de Pobreza (Met.CEPAL) en América Latina (10 países seleccionados) por ascendencia étnico-racial. Año 2013 o año anterior más próximo. En porcentajes.
Personas bajo la Línea de Pobreza (Met.CEPAL) en América Latina (10 países seleccionados) por ascendencia étnico-racial. Año 2013 o año anterior más próximo. En porcentajes.
Otro de los clivajes estructurales que determina las distintas posibilidades
que tienen las familias de acceder a los bienes y servicios requeridos para
satisfacer sus más básicas necesidades es el área geográfica a la que
pertenecen: más específicamente, la dicotomía entre las áreas rurales y
urbanas. Tradicionalmente, en América Latina –y en algunas otras regiones del
mundo– las personas que residen en las áreas rurales o semiurbanas disponen de
menores oportunidades para acceder a ingresos, bienes y servicios.
Los datos presentados en el Gráfico 6 muestran la persistencia de esta
asimetría o disparidad entre áreas rurales y urbanas. Al mismo tiempo resulta
interesante señalar que en los países con más bajos niveles de pobreza y, a la
vez, mayores índices de urbanización, se constata una mayor incidencia de la
pobreza en las áreas urbanas que en las rurales (Uruguay y Chile) o, a lo sumo,
una relativa paridad entre ambas áreas (Costa Rica).
Gráfico 6
Personas bajo la Línea de Pobreza (Met.CEPAL) en América Latina (14 países seleccionados) por área geográfica de residencia. Año 2013 o año anterior más próximo. En porcentajes.
Personas bajo la Línea de Pobreza (Met.CEPAL) en América Latina (14 países seleccionados) por área geográfica de residencia. Año 2013 o año anterior más próximo. En porcentajes.
Si bien la pobreza sigue teniendo una mayor incidencia en las áreas
rurales que en las urbanas, los países de la región no escapan a la tendencia
global a la concentración – al menos en términos absolutos – de la pobreza en
las grandes áreas urbanas. En este sentido, cabe señalar que la pobreza en las grandes urbes
o áreas metropolitanas suele estar asociada a procesos de segregación
residencial y exclusión sociocultural. En la medida que la pobreza se asocia
a procesos de segregación espacial y fragmentación del espacio público urbano,
su reducción demanda o reclama perspectivas de análisis más complejas y
abordajes multidimensionales en materia de política pública.
Finalmente, con relación a las inequidades de género, un análisis global
de la incidencia que la pobreza tiene en mujeres y varones no permite observar
diferencias de mayor significación. No obstante, prácticamente en todos los
países de América Latina y el Caribe sobre los cuales se presenta información
en el siguiente gráfico, la incidencia de la pobreza es mayor en las mujeres
que en los varones. Desde luego, una apertura por edades o territorial podría
mostrar brechas aún mayores. En cualquier caso, la reducción de las
disparidades laborales entre mujeres y varones (de acceso y salariales), así
como de las disímiles cargas de trabajo no remunerado (el cuidado de niños y
adultos mayores), entre otras brechas que aún deben ser acortadas, sigue siendo
una de las llaves para que la probabilidad de caer en situación de pobreza de
ingreso no afecte en mayor grado a las mujeres.
Gráfico 7
Personas bajo la Línea de Pobreza (Met.CEPAL) en América Latina (países seleccionados) por género. Año 2013 o año anterior más próximo. En porcentajes.
Personas bajo la Línea de Pobreza (Met.CEPAL) en América Latina (países seleccionados) por género. Año 2013 o año anterior más próximo. En porcentajes.
Fuente: elaboración propia a partir de datos de CEPAL (enlace). Información
revisada al 05/FEB/2015. Nota: [i] áreas urbanas.
Dos líneas de reflexión y una definición prioritaria
Los datos examinados hasta el momento permiten extraer al menos dos
conclusiones. En primer término, luego de varias décadas, América Latina y el
Caribe han experimentado en la última década como región (albergando
trayectorias más o menos positivas) un período favorable, en tanto
se han conjugado un crecimiento económico sostenido, una reducción de la
pobreza y la indigencia significativa y un descenso entre moderado y
significativo de la desigualdad en la distribución del ingreso. En segundo
lugar, la región sigue exhibiendo inequidades evidentes en el
acceso al bienestar social y, por tanto, en la probabilidad de caer en
situación de pobreza y de indigencia, que merecen especial atención al momento
de formular e implementar políticas públicas destinadas a reducir en forma
significativa la pobreza.
La constatación de estas persistentes disparidades entre niños y
adultos, entre quienes residen en las áreas rurales y quienes viven en las
ciudades, entre indigencias y afrodescendientes y el resto de la población, y
entre mujeres y varones (clivaje que también se reproduce al interior de esos
grupos), plantea la necesidad de construir una agenda integral y renovada de
políticas orientadas a superar la pobreza, basada tanto en la mejora global de
los niveles de bienestar de la población como – y quizás en mayor medida – en
la consistente reducción de las desigualdades que aún la fragmentan.
Avanzar en los logros de los objetivos que tal agenda debería
incorporar, implica operar de manera progresiva – esto es, contemplando acciones
afirmativas y de discriminación positiva – en la distribución del ingreso, la
formación de capacidades y activos en las personas y la generación de
oportunidades para su desarrollo. Esas acciones deben sustentarse en una
resignificación radical de los vínculos entre democracia, derechos humanos y
combate a la pobreza. Incluso el crecimiento económico y la sustentatibilidad
del desarrollo soberano exigen una mayor igualdad. Sobre este particular y de
cara a las perspectivas de desaceleración económica a nivel global, como ha
señalado con acierto la CEPAL, en América Latina no puede postergarse la “hora
de la igualdad”.
Referencias
Banco Interamericano de Desarrollo (1998): América Latina frente a la
desigualdad. Progreso Económico y social en América Latina. Informe 1998-1999. BID: Washington.
Banco Mundial (2003): Inequality in Latin America and the Caribbean: breaking
with History. Banco Mundial: Washington.
CEPAL (2012): Cambio estructural para la
igualdad. Una visión integrada del desarrollo. CEPAL:Santiago de
Chile.
CEPAL (2010): La hora de la igualdad. Brechas
por cerrar, caminos por abrir. CEPAL: Santiago de Chile.
Gasparini-Cicowiez-Sosa Escudero (2014): “Pobreza y
desigualdad en América Latina: conceptos, herramientas y aplicaciones”. CEDLAS: La Plata. Documento
de Trabajo Nº 171.
UNICEF (2012): Estado Mundial de la Infancia
2012. Niñas y niños en un mundo urbano. UNICEF: Nueva York.
Gerardo Caetano es Doctor en Historia por la Universidad
de La Plata, Argentina. Coordinador Académico del Observatorio Político,
Instituto de Ciencia Política, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de la
República. Director Académico del Centro de Formación para la Integración
Regional (CEFIR). Docente e investigador. Investigador en el máximo nivel del
Sistema Nacional de Investigadores del Uruguay. Presidente del Consejo Superior
de FLACSO e integrante del Comité Directivo de CLACSO. Miembro de la Academia
Nacional de Letras y de la Academia Nacional de Ciencias del Uruguay. Miembro
Correspondiente de la Real Academia Española y de la Academia de la Historia en
Argentina.
Gustavo de Armas es Candidato a Doctor y Magíster en
Ciencia Política por la Universidad de la República. Especialista en Política
Social de la Oficina en Uruguay de UNICEF. Profesor Adjunto e Investigador del Instituto
de Ciencia Política de la Universidad de la República e Investigador del
Sistema Nacional de Investigadores de Uruguay. La selección y
presentación de la información que figura en este texto, así como las opiniones
expresadas, son responsabilidad exclusiva del autor y, por tanto, no reflejan
necesariamente ni comprometen la posición de las organizaciones a las que
pertenece.
jueves, 11 de junio de 2015
INVESTIGACIÓN EDUCATIVA. Abriendo puertas al conocimiento. Laura Abero. Lilián Berardi. Alejandra Capocasale. Selva García Montejo. Raúl Rojas Soriano. [Autores de Capítulo]
LIBRO de DESCARGA GRATUITA
http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?id_libro=976&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=943
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Taller de redacción de TEXTOS ACADÉMICOS
http://www.slideshare.net/felixsigno/compendio-de-las-normas-apa
lunes, 8 de junio de 2015
Oscar Martínez Peñate: La tercera vía de Anthony Giddens y la vía Latinoamericana. Art. tomado del blog Ssociólogos
http://ssociologos.com/2015/06/07/la-tercera-via-de-anthony-giddens-y-la-via-latinoamericana/
viernes, 5 de junio de 2015
BRUNET, I. y MORELL, A. (2001). 'Sociología e historia: Norbert Elías y Pierre Bourdieu', en Sociológica: Revista de pensamiento social, núm. 4, ISSN 1137-1234, pp. 109- 132
http://ruc.udc.es/dspace/bitstream/2183/2717/1/SO-4-5.pdf
BRAVIN, C. (2008). 'Contribuciones de la teoría de Norbert Elías a la sociología del cuerpo y de las emociones'. En: Simposio Internacional Proceso Civilizador. Buenos Aires: Universidad de Buenos Aires, pp. 67-74
http://www.uel.br/grupoestudo/processoscivilizadores/portugues/sitesanais/anais11/artigos/08%20-
%20Bravin.pdf
BÉJAR, H. (1991). 'La sociología de Norbert Elías: las cadenas del miedo', en Revista Española de Investigaciones Sociológicas (REIS), núm. 56, octubre-diciembre 1991, pp. 61-82,
http://www.reis.cis.es/REIS/PDF/REIS_056_05.pdf
BÉJAR, H. (1994). 'Norbert Elías: Retrato de un marginado', en Revista Española de Investigaciones Sociológicas (REIS), núm. 65. Enero-Marzo, pp. 13-26
http://www.reis.cis.es/REIS/PDF/REIS_065_04.pdf
Manuel CASTELLS
https://www.youtube.com/watch?t=229&v=eb0cNrE3I5g
Publicado el 17 jun. 2013
Radiotelevisión Española (rtve.es), a través del programa Pienso, luego existo, ha dedicado su más reciente emisión (16 de junio) a la figura de Manuel Castells. En casi 30 minutos el sociólogo español platica, en el tono ameno que lo caracteriza, acerca de sus primeros años de estudiante en Francia, la vertiente empírica de sus investigaciones, así como su visión de la sociedad red en la que vivimos.
Bourdieu. Sobre EDUCACIÓN. (parte II)
https://www.youtube.com/watch?t=13&v=uVb2w73dwH0
Entrevista al sociólogo Pierre Bourdieu en la cual plantea su teoría de la reproducción en la escuela. Origen: Programa Grandes Pensadores del Siglo XX, Canal Encuentro.
Entrevista al sociólogo Pierre Bourdieu en la cual plantea su teoría de la reproducción en la escuela. Origen: Programa Grandes Pensadores del Siglo XX, Canal Encuentro.
Bourdieu. Sobre EDUCACIÓN
https://www.youtube.com/watch?v=3mChkak7_3A
Entrevista al sociólogo Pierre Bourdieu en la cual plantea su teoría de la reproducción en la escuela.
Origen: Programa Grandes Pensadores del Siglo XX, Canal Encuentro.
Entrevista al sociólogo Pierre Bourdieu en la cual plantea su teoría de la reproducción en la escuela.
Origen: Programa Grandes Pensadores del Siglo XX, Canal Encuentro.
Bauman
Publicado el 8 may. 2013
https://www.youtube.com/watch?t=115&v=PSWQEiDBqWw
Zygmunt Bauman, sociólogo y filosofo, es conocido por ser el creador del concepto de modernidad líquida.
Vivimos en tiempos de acelerados cambios socioculturales provocados en parte por el impacto transformador de las tecnologías digitales. Son tiempos líquidos y la educación requiere nuevos modelos para construir una identidad digital como sujetos con capacidad de sobrevivir y surfear en estas aguas turbulentas.
En su libro 'LOS RETOS DE LA EDUCACION EN LA MODERNIDAD LIQUIDA' Zigmunt Bauman parte de lo que llama el "síndrome de la impaciencia", un estado de ánimo que considera como abominable el gasto del tiempo. Así, el consumismo característico de estos tiempos no se define por la acumulación de las cosas, sino por el breve goce de éstas.
Desde esta visión se ve a la educación como un producto, más que como un proceso. Así la educación parece abandonar la noción del conocimiento útil para toda la vida, para sustituirla por la noción del conocimiento de "usar y tirar".
Vivimos en tiempos de acelerados cambios socioculturales provocados en parte por el impacto transformador de las tecnologías digitales. Son tiempos líquidos y la educación requiere nuevos modelos para construir una identidad digital como sujetos con capacidad de sobrevivir y surfear en estas aguas turbulentas.
En su libro 'LOS RETOS DE LA EDUCACION EN LA MODERNIDAD LIQUIDA' Zigmunt Bauman parte de lo que llama el "síndrome de la impaciencia", un estado de ánimo que considera como abominable el gasto del tiempo. Así, el consumismo característico de estos tiempos no se define por la acumulación de las cosas, sino por el breve goce de éstas.
Desde esta visión se ve a la educación como un producto, más que como un proceso. Así la educación parece abandonar la noción del conocimiento útil para toda la vida, para sustituirla por la noción del conocimiento de "usar y tirar".
miércoles, 3 de junio de 2015
Los planteamientos teóricos de Durkheim, Weber y Parsons dentro de la sociología de la educación Publicado por: Ricardo Arturo Nieto Almaraz septiembre 7, 2014
http://ssociologos.com/2014/09/07/los-planteamientos-teoricos-de-durkheim-weber-y-parsons-dentro-de-la-sociologia-de-la-educacion/
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